Opina:

domingo, 2 de septiembre de 2012

Porque te das cuenta.

Es despertarte cada mañana y ver que no está, porque sabes que ya no es lo mismo, porque se nota que cuando le miras ya no existe ese brillo en los ojos, o esa sonrisa cómplice. Porque ya no tienes la oportunidad, ni siquiera un momento de casualidad para verle. Es ver y entender que las oportunidades solo pasan una vez. Quedarte mirándole y que te empiecen a bombardear recuerdos en la cabeza, o dedicarle sin darte cuenta cada estado, cada canción, cada frase...
Eso es echar de menos, lo demás es fingir que te falta algo que en realidad nunca quisiste.
A veces, cuando renuncias a alguien, no es porque no te importa, si no porque te das cuenta de que no le importas

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